domingo, 3 de febrero de 2013

Aún tengo fe en el equipo.

De no ser asi, mejor cerrar el chiringuito y para casa. El Deportivo es y será mi referente futbolístico. Pasarán jugadores, entrenadores, etc. todos ellos se irán y el Club mas que Centenario, es como la torre de Hércules, norte y guia del pensamiento y orgullo coruñés. Por esa razón debe exigirsele a los profesionales del balón pie, que la ilusion reflejada en mas de veinticinco mil deportivistas, deben respetarla, recordandoles que no han venido a la ciudad de A Coruña, para hacer turismo.

Al inicio de la era Domingos, he dicho que la valoración del entrenador lo haría pasados cinco partidos. Siendo benigno en su debe, lo que hizo ayer en Getafe, fue de un entrenador mediocre, ni agllas para resolver el partido ni gafas para leerlo. No quiero pensar si el hacedor de la desfeita se llama José Luis Oltra. He visto entrenar a Paciencia, lo hace con intensidad, criterio futbolístico, conoce su oficio y sin embargo, salvo el partido del “saco pecho” Málaga y un poco contra la Real Sociedad, no encuentra la identidad del equipo.

No sé si los administradores concursales permitirán contratar a un hechicero de la tribu Bananulinu-con calabaza, espantamoscas, plumas de pavo real y ajos de África tropical-para echar mal de ojo al equipo contrario. Creo que es una de las soluciones para paliar el mal momento que pasa el equipo. Los árbitros o la mala suerte no birlan la ilusión de miles de personas que creen, inocentes ellos, en la profesionalidad de jugadores y cuerpo técnico. Tengo fe en los aficionados, es lo mejor que tiene el Deportivo, a pesar de las desilusiones, jamás dejarán la de acompañar al equipo, sobre todo en los malos momentos. Deberían tomar buena nota jugadores, presidente y cuerpo técnico, los deportivistas es el auténtico aval que tiene el Deportivo. Muchos aficionados comienzan a estar cansados de las continuas apelaciones que hacen de ellos en todo momento, posteriormente no se corresponden con la realidad.

A muchos aficionados contratar a un brujo les suena a carallada y aun mas, carallada folklórica. ¿Para qué viajar tan lejos, si España es el país por excelencia del folklore, tanto político como futbolístico?. Ayer el equipo dio la sensación que eran un grupo de mendigos esperando una dádiva en los caminos, donde solo pícaros y gentes de mal vivir son capaces de reírse de quienes les sueltan una caridad. El equipo no tiene grandes figuras, sin embargo, el entrenador les dice que lo son. Se supone que todos deberían creérselo, claro que al final de los partidos ponen cara de no habar roto un plato. Eso sí, romper no rompen ni la hierba del terreno de juego.

No tardaremos en escuchar algún jugador arremetiendo contra la prensa-joder, si nosotros no metemos goles-diciendo que algunos periodistas los sometemos a una presión indecente, con una crítica desaforada, fuera de lugar. Entiendo que puedan estar sometidos a presiones, una de ellas, quizás la más importante es vaciarse sobre el terreno de juego y por lo menos tratar de ganar un partido. Otras las presiones de la prensa, radio, televisión, portales de Internet, socios, Hacienda, atascos, entrenador, etc. Aunque no cobren, son los únicos trabajadores españoles que tienen garantizado el dinero en su totalidad, para eso está la AFE, un sindicato peculiar, por esa razón los jugadores del Deportivo no tienen la presión de tratar de llegar al día 25 con lo justo para comer, o no tener nada en la despensa, como posiblemente les sucede a muchos deportivistas por culpa de la crisis. El fútbol es su único medio de diversión y los que tienen garantizado las alubias se lo pasan por el forro de los huevos lo que le sucede a los aficionados. Supongo que ayer jugadores y cuerpo técnico, saldrían del estadio del Getafe con la conciencia recomida por hacer el cafre durante ochenta y cinco minutos. Inconcebible que el entrenador no fuese capaz de hacer una lectura adecuada en los primeros treinta minutos del partido, su obligación era hacer de cazador y matar el encuentro.

Domingos Paciencia debería presionar a Lendoiro para fichar al tan deseado brujo, con plumas y sin cacarear, a ver si de esta manera los delanteros aprovechan oportunidades de gol y dejan de lanzar el balón al Cielo, de seguir así, se convertirán en los cañoneros de Dios. Sé que saben conseguir goles y se les mete en la cabeza que perforar la portería contraria es muy difícil. Al resto del equipo decirles que a partir de ¡Ya!, nadie, absolutamente nadie, puede llevarse ni un punto del castillo coruñés.

Que no falte la ambición, hay que recuperarla el sábado contra el Granada, so pena de degollar la ilusión de miles de personas. Los jugadores a motivarse de verdad, sin tonterías, hacer acto de contrición y dejar las palabras diamantinas para mejor ocasión, cuando las dicen después de los partidos, da a sensación que se rien de los aficionados. Lo que tiene que hacer es luchar como jabatos para sacar al Deportivo del pozo, los aficionados el sábado mirarán con lupa su compormiso sobre el terreno de juego y ojito con las molestias en los isquiotibiales, los que no quieran compromiso para salvar la situación, que se queden en la enfermería. La ocasión la pinta calva contra el Granada para el reencuentro entre todas las partes, que no se cumpla el viejo axioma: camarón que se duerme, se va a Segunda División.





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