jueves, 31 de enero de 2013

Real Club Deportivo de La Coruña: Todos a una, o al garete

Cuando el agua llega al labio inferior, como sucede en la actualidad, cometemos el error, para conformarnos, de analizar lo que pudo haber sido y no fue, una jugada que debería culminar en gol y quedó en veremos, o la falta de generosidad en tal o cual pase que pudo dar tres puntos. Ha ganado el equipo con el nuevo entrenador en seriedad defensiva, pero ahí acaba todo. De acuerdo que en cuatro partidos se hicieron cuatro puntos, mal bagaje para mantener la categoría, uno por partido, aunque no son nada despreciables. De acuerdo que estamos a cuatro puntos de la salvación-cuentas de la lechera-y de farolillo rojo, como los que ponen en la verbena de la Paloma. De acuerdo que hay varios equipos, siete en un pañuelo, luchando para eludir el descenso, aunque este discurso es el del avestruz. De acuerdo que el Deportivo tiene la mejor afición de España, pero estos no meten goles. Demasiados acuerdos y pocos resultados buenos.
El compromiso de los jugadores no se demuestra con palabras en las ruedas de prensa, recurriendo a chascarrillos o tópicos conocidos, depende de la responsabilidad, capacidad y comportamiento profesional. Es fácil pedir perdón cuando se deambula como alma en pena sobre el terreno de juego, apático y sin compromiso profesional. Las milongas de quien cobra un pastón por cumplir con su trabajo, no me sirven. Se perdonará cuando consiga meter goles que den triunfos y puntos. Personalmente rechazo actitudes hipócritas de quienes deben ser conscientes de cuanto se juega el Deportivo, permanecer en la categoría, es la primera premisa para la viabilidad del Club. El balón es redondo y que sepa, no tiene nada en su interior, como parece que tampoco tienen algunos profesionales que, no son conscientes de lo que significa para una ciudad, una afición, un sentimiento, permanecer en Primera División. Cuando descendió el equipo, el compromiso del que blasonaban los jugadores en ruedas de prensa y medios de comunicación, quedó claro. Salvo media docena de jugadores, el resto quería salir a tocar a otros lares, o se fueron sin mirar atrás. Quienes quedaron jodidos fueron los deportivistas.
Se cambia de entrenador, de estilo de juego, entrenan con intensidad, trabajan por líneas y los resultados no son los apetecibles, los favorables se hacen esperar. El equipo sobre el terreno de juego carece de atención, coordinación, casta, demasiada agresividad, que nos han privado de dos merecidos triunfos, o como mal menor, un empate y una victoria. Mete miedo la situación, el equipo navega a merced de las olas, no se puede decir que juegue mal, por lo menos se apelotonan defensivamente y cuando quieren, los interiores corren hacia atrás, como el día del partido jugado contra el Málaga. Deben manejarse por sí mismos y no confiar en la suerte, o en una jugada aislada para conseguir un resultado rácano o por los pelos, de hacerlo, puede pasar lo que sucedió en Pamplona, donde los jugadores expresaron una estética futbolística deformada, con respecto al primer partido de la “era” Domingos. Muchos aficionados dirán que ya estoy dándole cera al entrenador, porque soy amigo de Oltra, antes de Lotina y mañana del sursum corda, otros dirán sin conocerme que, soy imbécil por atacar al Deportivo, etc. A todos quiero recordarles que es tiempo de espabilar de una puñetera vez y dejarse de tonterías, recordarles un viejo refrán: “camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”. El equipo va a merced de la corriente, en todos los sentidos.
El sábado hay que pasar con un tres-puntos-una reválida difícil en Getafe, solo sirve la victoria, de no ser así, las declaraciones de intenciones de los jugadores serán milongas de arrabal. Hay que dar la campanada en Getafe, dejar buen sabor de boca en los aficionados, de hacerlo, ganarían en moral y confianza los jugadores, otro resultado además de impensable, sería un fracaso que hará temblar a los deportivistas como lo hace una vara verde los días de fuerte temporal. Victorias de puntos reales es lo que necesitan los aficionados, las morales son una macanada que no conduce a ningún lugar. Domingos Paciencia- D, Artagnan y los tres Mosqueteros-es un entrenador que conoce bien su trabajo, debe dar un puñetazo encima de la mesa y vigilar los entrenamientos invisibles, entra dentro de su cometido.
¿Cambiará ante el Getafe el decorado el Deportivo?. Esperemos por el bien de todos, que sí.
La Federación de Peñas del Deportivo debe aglutinar a la masa social, en apoyo del Deportivo. Mañana puede ser tarde 



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