Cuando
el agua llega al labio inferior, como sucede en la actualidad, cometemos el
error, para conformarnos, de analizar lo que pudo haber sido y no fue, una
jugada que debería culminar en gol y quedó en veremos, o la falta de
generosidad en tal o cual pase que pudo dar tres puntos. Ha ganado el equipo
con el nuevo entrenador en seriedad defensiva, pero ahí acaba todo. De acuerdo
que en cuatro partidos se hicieron cuatro puntos, mal bagaje para mantener la
categoría, uno por partido, aunque no son nada despreciables. De acuerdo que
estamos a cuatro puntos de la salvación-cuentas de la lechera-y de farolillo
rojo, como los que ponen en la verbena de la Paloma. De acuerdo que hay varios
equipos, siete en un pañuelo, luchando para eludir el descenso, aunque este
discurso es el del avestruz. De acuerdo que el Deportivo tiene la mejor afición
de España, pero estos no meten goles. Demasiados acuerdos y pocos resultados
buenos.
El
compromiso de los jugadores no se demuestra con palabras en las ruedas de
prensa, recurriendo a chascarrillos o tópicos conocidos, depende de la
responsabilidad, capacidad y comportamiento profesional. Es fácil pedir perdón
cuando se deambula como alma en pena sobre el terreno de juego, apático y sin
compromiso profesional. Las milongas de quien cobra un pastón por cumplir con
su trabajo, no me sirven. Se perdonará cuando consiga meter goles que den
triunfos y puntos. Personalmente rechazo actitudes hipócritas de quienes deben
ser conscientes de cuanto se juega el Deportivo, permanecer en la categoría, es
la primera premisa para la viabilidad del Club. El balón es redondo y que sepa,
no tiene nada en su interior, como parece que tampoco tienen algunos
profesionales que, no son conscientes de lo que significa para una ciudad, una
afición, un sentimiento, permanecer en Primera División. Cuando descendió el
equipo, el compromiso del que blasonaban los jugadores en ruedas de prensa y
medios de comunicación, quedó claro. Salvo media docena de jugadores, el resto
quería salir a tocar a otros lares, o se fueron sin mirar atrás. Quienes
quedaron jodidos fueron los deportivistas.
Se
cambia de entrenador, de estilo de juego, entrenan con intensidad, trabajan por
líneas y los resultados no son los apetecibles, los favorables se hacen
esperar. El equipo sobre el terreno de juego carece de atención, coordinación,
casta, demasiada agresividad, que nos han privado de dos merecidos triunfos, o
como mal menor, un empate y una victoria. Mete miedo la situación, el equipo
navega a merced de las olas, no se puede decir que juegue mal, por lo menos se
apelotonan defensivamente y cuando quieren, los interiores corren hacia atrás,
como el día del partido jugado contra el Málaga. Deben manejarse por sí mismos
y no confiar en la suerte, o en una jugada aislada para conseguir un resultado
rácano o por los pelos, de hacerlo, puede pasar lo que sucedió en Pamplona,
donde los jugadores expresaron una estética futbolística deformada, con
respecto al primer partido de la “era” Domingos. Muchos aficionados dirán que
ya estoy dándole cera al entrenador, porque soy amigo de Oltra, antes de Lotina
y mañana del sursum corda, otros dirán sin conocerme que, soy imbécil por
atacar al Deportivo, etc. A todos quiero recordarles que es tiempo de espabilar
de una puñetera vez y dejarse de tonterías, recordarles un viejo refrán:
“camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”. El equipo va a merced de la
corriente, en todos los sentidos.
El
sábado hay que pasar con un tres-puntos-una reválida difícil en Getafe, solo
sirve la victoria, de no ser así, las declaraciones de intenciones de los
jugadores serán milongas de arrabal. Hay que dar la campanada en Getafe, dejar
buen sabor de boca en los aficionados, de hacerlo, ganarían en moral y
confianza los jugadores, otro resultado además de impensable, sería un fracaso
que hará temblar a los deportivistas como lo hace una vara verde los días de
fuerte temporal. Victorias de puntos reales es lo que necesitan los
aficionados, las morales son una macanada que no conduce a ningún lugar.
Domingos Paciencia- D, Artagnan y los tres Mosqueteros-es un entrenador que
conoce bien su trabajo, debe dar un puñetazo encima de la mesa y vigilar los
entrenamientos invisibles, entra dentro de su cometido.
¿Cambiará
ante el Getafe el decorado el Deportivo?. Esperemos por el bien de todos, que
sí.
La
Federación de Peñas del Deportivo debe aglutinar a la masa social, en apoyo del
Deportivo. Mañana puede ser tarde
No hay comentarios:
Publicar un comentario