jueves, 17 de enero de 2013

La antorcha de la ilusión sigue encendida

Se ha puntuado en los dos partidos de la era Domingos, victoria y empate, lo que ha provocado en muchos deportivistas un desbordado entusiasmo. Lo más sano que existe en el fútbol, sin lugar a duda ninguna, son los aficionados incondicionales que animaron al Deportivo,  saben sobreponerse a los malos resultados, el equipo no está solo, siempre lo acompaña un nutrido grupo de deportivistas. La afición está volcada con el equipo, en Riazor más de veintiséis mil personas de media acuden a la llamada del sentimiento. Se formó una apretada piña, manteniendo el ánimo firme contra las adversidades deportivas. Esta afición tiene más que ganada la Matrícula de Honor. 
Después de lo visto, tanto en entrenamientos y compitiendo, no sé dónde poner el límite a un equipo que sabe conjugar lo que aprendió con Oltra y lo que enseña Domingos. Lo cierto es que aún queda mucho trecho por recorrer, esperamos una escalada rutilante en los próximos partidos, aunque le empresa es complicada, se espera que los refuerzos Silvio y Assunsao, pedidos por Domingos,  el equipo pueda salir adelante. El muro de la salvación aun no se otea en el horizonte, falta la segunda vuelta. ¡Ojo!,  no son buenas las cuentas de la lechera, ni estar a expensas de combinaciones más o menos complicadas, en las que tantas veces suelen asombrar a la calculadora más precisa. El año que descendió el Deportivo,  se rompió el cántaro contra el Valencia en Riazor,  un solo punto nos dejaba en Primera División. Las combinaciones fueron tremendas y lo que parecía más difícil, se tornó imposible. En A Coruña solemos pasar de la euforia a la desolación por la vía AVE. Un traspiés basta para situar a los deportivistas en la legión de los desilusionados, en especial, cuando se han entregado al deseado mesías llegado de Portugal,  esperando que realice milagros.
El domingo el escenario estará en el estadio “Reino de Navarra”, serán muchos los deportivistas que se acercarán  animar al equipo, un espectáculo azul y blanco  en las gradas donde juega el Deportivo de A Coruña, una simbiosis especial entre equipo-afición sin parangón en España. Los aficionados saben sobreponerse a los malos resultados, el equipo no está solo, siempre lo acompaña un nutrido grupo de deportivistas  volcados con el equipo. En Riazor más de veintiséis mil personas acuden a la llamada del sentimiento. Se formó una apretada piña, manteniendo el ánimo firme contra las adversidades deportivas.
La ilusión es ganarle al Osasuna, empresa complicada, aunque la gran verdad del partido y del Deportivo es que, dependen única y exclusivamente de ellos mismos, de lo que sean capaces de realizar sobre el terreno de juego del “Reino de Navarra”. Los jugadores  tienen una obligación esencial,   regresar de Pamplona con el billete marcado con el número tres en el talego, son los puntos en litigio. El partido será un importante test para valorar si es verdad que, los cuatro puntos conseguidos forman parte de la mejora del equipo, o simplemente fueron fruto del cambio de entrenador.
El Deportivo compite dos campos de juego: Liga  y  Concursal. Es momento de ventajistas o pescadores de rio revuelto, que abundan-como los perros de la guerra-en el mundo del balón. Ha aparecido una pléyade de visionarios, pontifican  que “esto” iba a finalizar así. Cuando se viajaba por Europa, o se ganaban títulos, la caja de la empresa era lo más importante. Llegaron las vacas flacas, el Deportivo no tuvo un José  que vaticinara lo que iba  suceder, ahora es fácil ser adivino.  Todos esperamos  que el melón se abra para conocer la verdad, sin tapujos, ni ficciones, de la situación económica del Deportivo. Algunos están blandiendo en su mano la temida espada de Damocles sobre la cabeza de Lendoiro, para cortársela.
Los aficionados junto a los jugadores y cuerpo técnico-pese a algunos agoreros, del “cho digo eo”-no van a arrojar la toalla de la rendición. La antorcha del deportivismo ilumina como la misma claridad de los haces de luz de la torre de Hércules, muy alta, enhiesta y humildemente desafiante contra todos aquellos que, quieran cercenar con la misma espada, que pende sobra la cabeza del presidente, el sentimiento de miles de personas.
Cuando se tiene la cabeza a pájaros, hay que andarse con pies de plomo y llevar la corbata con un buen nudo, el melón pudiera ser que no estuviera tan podrido por dentro, como desean muchos catedráticos del saber deportivista y todólogos, para pontificar contra el presidente. Si no está podrido dirán: Joer que listo es Lendoiro, lavó todos los trapos sucios a mano. ¡Manda carallo! con los todólogos .





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