La ilusión también viaja en colores, aunque los míos, como ya sabes, son dos: azul y blanco, están incardinados en mi alma, son los de la ilusión deportiva, sentimiento, amor, por esa razón, no quiero que nadie los mancille. Hoy juega el Deportivo, sé que será mucho pedir un resultado positivo, tú que eres el hacedor de ilusiones, regálanos un poco de fortuna, el equipo crea peligro, juega al fútbol y los goles no llegan. Supongo que eres amigo de Eolo, no vendría mal un soplo de aire fresco y darles un ligero empujoncito a los jugadores para que lleguen al área contraria. A Oltra regalare una vela como las que llevan los devotos a la Virgen de Pastoriza, muy milagreira ella, sobre todo, con el Deportivo. Helenio Herrera peregrinó al Santuario de la Virgen e hizo pasar "por la piedra" a todos los jugadores para evitar el descenso. La Virgen los escuchó. Aunque el mejor regalo que puedes hacerle al entrenador, es un juego de alquimia, a ver si encuentra la piedra filosofal que aclare el juego del equipo. Sé que puedes pensar que estoy loco, si escribo en la carta que, la culpa de los malos resultados la tiene el Apóstol Santiago, por no cumplir José Luis Oltra la promesa de ir andando a darle las gracias y el abrazo por el ascenso. Por cierto, aunque coma el turrón en Valencia, los reyes que los disfrute en A Coruña, se síntoma que las cosas comienzan a ir bien. Muchos niños al despertar el día de Navidad, perderán la inocencia, entre los escasos regalos al pié del árbol, no estará la camiseta del Deportivo que te pidieron en su carta. Joder para la maldita crisis motivada por unos chorizos, marca “políticos”, a ellos carbones, son ladrones de ilusiones. No permitas que ningún miserable yugule la ilusión de un niño. Además del frasco de cristal, te pido trabajo para todos. Goles en el Deportivo que den victorias. Una docena de cepillos con fuertes cerdas para barrer a los fariseos, que dicen defender la verdad y mienten en beneficio propio. A los que blasona de salvadores del fútbol gallego y se forran con dietas y kilómetros. A los chorizos de la política y el deporte. ¡Cuánta basura por barrer!. Las cerdas de los cepillos, Papá Noel, si son de acero, mucho mejor. Confío en ti y espero que puedas cumplir lo que te he pedido en esta carta, es muy poco. Me gustaría que, en vez de ser Papa Noel, fueses un bombero y lavaras con una manguera a chorro, la conciencia de los hipócritas y miserables.
Hoy iré a O´Faiado a escuchar como canta mi compadre Carlos Muiños y a bebernos juntos un par de botellas de vino Píerola, a tu salud.
Un beso. Cuídate Papá Noel.
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