jueves, 20 de diciembre de 2012

Mi carta a Papá Noel

Ahora que dispongo de tiempo para escribir la carta a Santa Claus, aunque yo prefiero llamarte Papa Noel, voy a utilizar la estilográfica que me regaló mi madre cuando hice la Primera Comunión. Es uno de mis preciados tesoros, la guardo en una cajita de madera junto al libro de nácar blanco y el rosario que lleve cuando recibí al Señor por primera vez. Son tantas las peticiones, que no se por donde comenzar. En primer lugar, deseo darte las gracias por el frasco de cristal que me dejaste la Navidad del año pasado, lo he llenado de ilusión, por esa razón, mi primera petición es otro frasco, si puede ser, un poco más grande para que, en el año dos mil trece, puede atesorar mucha más. Tengo la ilusión de despertar al nuevo amanecer cada día, conocer nuevas gentes y sobre todo, disfrutar con las personas de mi entorno: familia, amigos y compañeros de profesión en las mañana de Abegondo. He llegado a la conclusión que, tener calidad de vida, es beberme una cerveza con mi gente. Hablar de fútbol con los amigos. Dar noticias trabajadas a conciencia, sin cambalachear con la mentira. Saborear el aire glauco de mi tierra. Pisar las hojas desprendidas de los árboles al llegar el otoño, mientras escucho el piar de los habitantes del bosque. Sentarme en una roca de la playa de San Amaro y disfrutar del ruido melodioso de la mar, escuchando “Claro de luna” de Debussy, interpretada por las olas al golpear contra las rocas. Disfrutar de las pequeñas cosas cotidianas, que hacen más grande el día. Papa Noel, es el cuarto año que te escribo la carta después de muchos años en blanco. Aunque con rabia contenida y una sonrisa en los labios, ayudaba a que mis hijos escribieran la suya, ellos creían que bajarías por la chimenea con los regalos que pedían para dejarlos en la base del árbol. En una ocasión, Alex se levantó cuando estábamos durmiendo para apagar la chimenea, dijo que era para que no te quemaras al bajar por ella. El pequeño José Luis le da igual Papa Noel que Reyes, quiere que los regalos lleguen cuanto antes, en el cole le dijeron que el primero en aparecer era San Nicolás, por esa razón escribió tres cartas. Por cierto, Papa Noel, no soy de abeto en Navidad, me gusta el Nacimiento con su portal de Belén y figuritas, aunque este año no sé si el Niño nacerá en esa casita semiderruida de la playa de San Amaro, los especuladores bancarios la embargaron.
La ilusión también viaja en colores, aunque los míos, como ya sabes, son dos: azul y blanco, están incardinados en mi alma, son los de la ilusión deportiva, sentimiento, amor, por esa razón, no quiero que nadie los mancille. Hoy juega el Deportivo, sé que será mucho pedir un resultado positivo, tú que eres el hacedor de ilusiones, regálanos un poco de fortuna, el equipo crea peligro, juega al fútbol y los goles no llegan. Supongo que eres amigo de Eolo, no vendría mal un soplo de aire fresco y darles un ligero empujoncito a los jugadores para que lleguen al área contraria. A Oltra regalare una vela como las que llevan los devotos a la Virgen de Pastoriza, muy milagreira ella, sobre todo, con el Deportivo. Helenio Herrera peregrinó al Santuario de la Virgen e hizo pasar "por la piedra" a todos los jugadores para evitar el descenso. La Virgen los escuchó. Aunque el mejor regalo que puedes hacerle al entrenador, es un juego de alquimia, a ver si encuentra la piedra filosofal que aclare el juego del equipo. Sé que puedes pensar que estoy loco, si escribo en la carta que, la culpa de los malos resultados la tiene el Apóstol Santiago, por no cumplir José Luis Oltra la promesa de ir andando a darle las gracias y el abrazo por el ascenso. Por cierto, aunque coma el turrón en Valencia, los reyes que los disfrute en A Coruña, se síntoma que las cosas comienzan a ir bien. Muchos niños al despertar el día de Navidad, perderán la inocencia, entre los escasos regalos al pié del árbol, no estará la camiseta del Deportivo que te pidieron en su carta. Joder para la maldita crisis motivada por unos chorizos, marca “políticos”, a ellos carbones, son ladrones de ilusiones. No permitas que ningún miserable yugule la ilusión de un niño. Además del frasco de cristal, te pido trabajo para todos. Goles en el Deportivo que den victorias. Una docena de cepillos con fuertes cerdas para barrer a los fariseos, que dicen defender la verdad y mienten en beneficio propio. A los que blasona de salvadores del fútbol gallego y se forran con dietas y kilómetros. A los chorizos de la política y el deporte. ¡Cuánta basura por barrer!. Las cerdas de los cepillos, Papá Noel, si son de acero, mucho mejor. Confío en ti y espero que puedas cumplir lo que te he pedido en esta carta, es muy poco. Me gustaría que, en vez de ser Papa Noel, fueses un bombero y lavaras con una manguera a chorro, la conciencia de los hipócritas y miserables.
Hoy iré a O´Faiado a escuchar como canta mi compadre Carlos Muiños y a bebernos juntos un par de botellas de vino Píerola, a tu salud.
Un beso. Cuídate Papá Noel.



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