viernes, 7 de diciembre de 2012

Los puntos son tan importantes como los granos de arroz en la paella

Tres granos menos en una paella, para un valenciano tienen que ser un fiasco, como lo fue la derrota del Deportivo ante el Betis para los aficionados, en uno de los mejores partidos de la temporada. Se encendió el color ámbar de un semáforo imaginario, donde el rojo, es sinónimo de peligro. Nadie puede sustraerse a la situación deportiva, ni a la institucional del Real Club Deportivo, aunque el Prestige futbolero navega en aguas procelosas, sin verter su carga, dependerá de próximos resultados, si se parte en dos o no. Se avecinan tiempos difíciles. El Deportivo no irá al Calderón con los tres puntos entregados. Profesionalidad y huevos no les faltarán a los jugadores para encarar el partido. A priori se puede perder, como también empatar o ganar, esto es fútbol. No entiendo la frase de algunos derrotistas: “Somos carne de Segunda”. Faltan muchos partidos por disputarse y a decir verdad, no estoy asustado por la situación del equipo, aunque sí ligeramente preocupación. No suelo hablar de memoria, ni estar al albur de los resultados, floreando oídos de aficionados, ni iluminando ojos con frases diamantinas contra el juego de José Luis Oltra. Me gustan sus conceptos futbolísticos, su trabajo en Segunda División batió todos los records posibles. En Primera División debería utilizar otras variantes, dentro del mismo estilo, por la ocasiones de gol que genera el equipo, por la amplitud de juego, por la posesión, por la circulación rápida de balón, en definitiva, debería estar más arriba y sin embargo, está en descenso, ¿se han preguntado el motivo?.

No me gusta ser agresivo en las ruedas de prensa, por esa razón suelo ser irónico, sin ser hiriente, cuando de manera subrepticia alguna de las preguntas, lleva todo el peso de la mala leche imaginaria. Unos la pillan, otros ni se enteran, solo si el entrenador responde “alterado”, imaginan que la pregunta llevaba cargas de profundidad. Si pregunto suave, me he “vendido” a Oltra y sus tortillas. Si soy agresivo, falto al respeto al entrenador. Es obvio que los que trabajamos en el mundo de la información deportiva debemos ser imparciales. Para mi es difícil mantener esa objetiva imparcialidad, porque los impulsos emocionales juegan un papel definitivo a la hora de escribir o hablar, lo que provoca que me afecten misteriosos registros de tipo afectivo, incluso sentimental y amoroso, hacia el Real Club Deportivo de A Coruña. Sin caer en la demagogia tribunera, es de timoratos hablar o escribir desde la lejanía. Me enamoran las distancias cortas, por esa razón me gusta bailar las canciones lentas. Prefiero estilar lo que pienso con libertad, a cara descubierta, con mi nombre y apellido, de frente y mirando a los ojos, sin ocultarme bajo un seudónimo. Los tipos que hablan sin tapujos, sin vueltas, sin hipocresía, los que no rehúyen el cuerpo a cuerpo, los que hablan de frente sin ocultar en sus palabras mezquinas ambiciones, son respetables. He leído en foros algunas aseveraciones que me alegraron el momento, riéndome a mandíbula batiente. Me he dado cuenta lo importante que soy, cuando sin conocerme de nada, hay tipos que se dedican a criticarme, incluso algunos, alabarme. Gracias a los unos y a los otros, aunque prefiero los que me critican sin criterio, me recuerdan a los inolvidables payasos de la televisión, por lo menos, me hacen reír.

Los aficionados pagan para disfrutar de las victorias en el estadio de Riazor, y sobre todo, ver fútbol. Se ha comprobado que en Primera División, ambas cosas están divorciadas: futbol o resultados. Si hay fútbol será más fácil ganar, si defienden bien todos. Estoy convencido que José Luis Oltra tiene muchos más argumentos que mostrar para que los puntos suban al casillero. Formulo una pregunta al revés: ¿Y si se hubiese ganado con gol de Bodipo, de qué coño hablaríamos esta semana?.

Preñar por la oreja no es bueno, en momentos difíciles se impone la prudencia, situación que parece no entender los que dicen por decir, que soy amigo de Oltra, antes de Lotina. Qué fácil es colgar etiquetas de amigos cuando uno piensa en el Deportivo, es cierto que tampoco soy su enemigo. Admiro profesionalmente a Oltra y como persona, es de diez. Tengo buenos amigos, aunque dos son de mi preferencia: Carlos Muiños y el Real Club Deportivo de A Coruña. Creo que está todo dicho sobre este tema.



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