jueves, 25 de abril de 2013

¿Física o química?. No, talento, técnica y táctica

Despertó el silencio el pasado domingo, estaba aletargado disfrutando del milagro producido en los últimos cuatro partidos. Los viejos fantasmas volvieron el pasado domingo, sobre todo en la primera parte, las dudas y la tensión por el resultado planearon sobre Riazor, por el juego del equipo y con un jugador más, daba la sensación que los tres puntos podrían quedar en A Coruña. Los vascos achuchaban en perjuicio del corazón y las uñas de muchos aficionados, se las mordían presos de ataques de nervios. El fútbol es talento, física, química, líneas de pase, técnica individual y táctica, entre otras muchas cuestiones. Las manifestaciones anímicas son producto de reacciones químicas, provocando miedos, estados de ánimo, etc. El equipo tiene casi todo, menos física. Quiero suponer que el pasado domingo, el bajón fue producido por el horario, mas taurino que de fútbol-Federico García Lorca, en su poema“Llanto por Ignacio Sánchez Mejías”, finalizaba: ¡Eran las cinco en sombra de la tarde!. La sombra de los partidos anteriores es lo que se vio en Riazor la tarde del domingo, a las cinco empunto de la tarde.

Los jugadores habían superado en partidos anteriores el periodo de desmoralización, sin embargo, contra el Athletic Bilbao parecían atenazados, el fútbol que habían inventado en las cuatro jornadas anteriores, quedó en el cajón de los sueños. Los leones nos hicieron una gracia, se llevaron un punto de Riazor y el Deportivo perdió dos. Finalizado el partido, la apatía corría por las gradas del estadio de Riazor, muy pocos aficionados, acompañados de los de siempre, Riazor Blues, aplaudieron a los jugadores. He visto muchas caras largas al final del partido, denotaban dudas de si había sido un espejismo lo sucedido en partidos anteriores, o realmente el equipo tiene potencial para eludir el descenso.

El lunes se juega contra el Betis, conocerán los resultados de la jornada, puede ser beneficioso o meter más presión si son negativos para los intereses del equipo. Queda claro que el Deportivo depende única y exclusivamente de sí mismo, si los demás equipos echan una mano con resultados adversos a los intereses de los mismos, bienvenidos sean. Hay que positivar la situación, sin cuentas de la lechera, ni cuentas de la embarazada, si se gana en Sevilla, el equipo estará a un paso de la épica, quedan menos partidos y lo que parecía imposible, se ha convertido en “sí, se pode”, aunque la apisonadora de Bilbao nos dejara un poco planchados. Se ha sumado y punto, claro que mas tres podrían haber sido treinta y dos, es el postulado que debería haber manejado el Deportivo de La Coruña. Lo sucedido el domingo debe servir únicamente para corregir errores y enmendar la plana. Contra el Betis hay que cambiar el frac por el mono de trabajo y confiar en la buena suerte que ha faltado a lo largo de casi toda la temporada y en el último esfuerzo de los jugadores. Al principio de temporada confiábamos en la aptitud de la plantilla, se fue deteriorando la situación, hasta llegar al pozo de la clasificación. Un nuevo aire fresco cargado de ilusión lo impuso el talento de Fernando Vázquez. Estamos en los momentos finales de la competición, los nervios y las calculadoras echan humo, se está jugando todo a una carta. Si es para bien y el Deportivo queda en Primera División, los aficionados aguantaran de nuevo partidos no aptos para cardiacos, como el jugado el pasado domingo contra los vascos, con la salvedad que, el resultado final, como mínimo debe ser un gol más que el rival, para ir sumando de tres en tres.
Un consejo a los jugadores, el lunes hay que tener la cabeza fria, la de arriba y la de abajo-entiendase los pies-para parar los avances del contrario y las cabezas del delantero frias para meter goles y sumar de tres en tres, como las moricas de Jaén, o los cerditos, o los mosqueteros, etc., pero sumar ganando.



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