viernes, 19 de abril de 2013

El mejor homenaje a la afición: ganar en Riazor el domingo


Recuerdo cuando el Superdepor quedaba entre los cuatro primeros y nadie lo celebraba, ahora que se puede perder lo más preciado en fútbol, la máxima categoría, este año la fiesta, si se logra la permanencia, puede ser tan larga y festiva como la de los títulos, o la del ascenso de la temporada pasada. Los tiempos cambian y las necesidades también. Nada en la vida está sujeto al albur, desde que el Deportivo camina hacia la permanencia, los silencios son más significativos que la voz.
Se han concatenado cuatro victorias, los aficionados están eufóricos, sobre todo los jóvenes, con su espíritu de lucha se ven ganadores de una guerra que, batalla tras batalla, se iba cediendo terreno hasta llegar a la cola de la península que llevaba al equipo al fondo de la mar. Conviene recordar que no es buena, menos en estos momentos en que los jugadores ya que han cogido el “ritmo de competición”, se distraigan con cuestiones al margen de su condición profesional. Los aficionados están viviendo un momento dulce, se lo debían los profesionales del Deportivo. En fútbol no existen milagros, no creo en ellos, aunque si en los aficionados, son el verdadero motor del equipo. Los jugadores hoy aman un escudo y mañana se enamoran de otro, sin embargo, los deportivistas son fieles hasta la muerte a su sentimiento. En el fútbol no hay deslealtades, solo pasión e ilusión, los cuernos son de los toros.
Por fin se ha podido ver un partido cómodo, sin sobresaltos, ni pedir la hora, aunque sea desde la butaca del salón de casa. El partido contra el Levante-cuestionada la victoria por algunos periodistas-desató la euforia entre los deportivistas, el objetivo se ve con lentes de amento, aunque no está nada consolidado, si que se ha dado un paso de gato con botas de gato. ¡Ojo! con el Athletic Club de Bilbao, otro duro al que se confía en ganar, para afrontar la parte más dura y peligrosa del sprint final de la Liga. Los leones de San Mamés vienen con alguna uña rota, no es equipo que se amilane y su fútbol puede poner en jaque en cualquier momento a los discípulos de Fernando Vázquez. Que nadie de los tres puntos por ganados, antes hay que jugar el partido. Si se gana se habrá dado un buen salto hacia la permanencia, por esa razón, el domingo a las cinco de la tarde, hora lorquiana por excelencia, los clarines del estadio de Riazor serán acompañados por más de treinta mil voces, coreando el nombre del Deportivo y “si se pode” El equipo partido a partido va mejorando, el once inicial cuenta con dos jugadores de talento, Fernando los hizo entrar en la dinámica positiva. Marchena era el mariscal de la defensa, otra vez el infortunio le jugó una mala pasada. Son los imponderables de los equipos con plantillas de jugadores donde unos cuantos marcan la diferencia sobre los demás. Este Deportivo no se deja arrancar ni un pedazo de pellejo, aunque sea a coste de vendérselo el mismo sobre el terreno de juego. Comienza a tener la suerte que le fue esquiva hasta hace un par de meses, no solo en cuanto a circunstancias propias de los partidos, sino que los resultados de sus más directos rivales ayudan a tener confianza y fe en que el objetivo es posible.
CONCURSO DE ACREEDORES
En mi corto viaje al “extranjero” he dejado por unos días de seguir al Deportivo, ni apenas entre en las redes sociales para enterarme como está el Concurso voluntario de acreedores del Deportivo. Mi sorpresa fue mayúscula cuando mi compadre Carlos Muiños, me informo que estaba todo “callado”, como si la calma fuese el anuncio de una gran tempestad, o si se sustanciara el Concurso. No sé lo que puede caer sobre el Deportivo, o sobre Lendoiro, no soy una persona desconfiada, aunque en esta ocasión pienso que existe una tregua no pactada, hasta saber si el equipo es capaz de permanecer en la categoría, de no conseguirlo menuda se puede armar. Tigres y hienas están al acecho para lanzarse sobre la presa, la carroña es su plato favorito.

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