Dislates en la Federación Galega de Fútbol

Un día si y otro también, la Federación Galega de Futbol esta jalonada de sorpresas, la última y mas sorprendente-sin obviar la lesión de un chico en Viveiro y llevarlo a Santiago para ser atendido.¡Manda carallo!-, es la acaecida a un joven cadete de la SD Arousa el pasado fin de semana. Tuvo al desgracia de lesionarse y tardaron mas de ocho horas en conocer los responsables del equipo, el sanatorio al que deberían llevarlo para ser atendido.

La Mutualidad es un cúmulo de despropósitos. Los fines de semana, rectores de determinados equipos no saben donde deben ser llevados los jugadores cuando se produce una lesión. Lo ocurrido el pasado fin de semana en Ribeira, no tiene calificativo, el delegado-1000 euros-no sabe que hacer. El superdelegado no contesta. El presidente responde a la tercera llamada, o sea, a la vencida. Liñares además de ser presidente de la FGF, lo es de la Mutualidad de futbolistas. Buenas palabras sin aportar solución al respecto. Es obvio que no es Dios, no tiene el don de la ubicuidad, aunque los aduladores lo elevan a la peana de la santidad y sabiduría. El Pte. de la FGF necesita currantes, conocedores del futbol base, no aduladores de peanas, debería rodearse de personas capacitadas para que el juego limpio vuelva a Galicia. Jodido cuando algunos dirigentes blasonan que pagan las comidas de su bolsillo y los pantalones, su sastre se lo hace sin bolsillos. Liñares hace esfuerzos para que las estructuras futbolísticas de Galicia cambien, aunque no todo es hacer campos. Una de las equivocaciones del presidente, no es construir una pequeña Ciudad Deportiva en A Coruña, o hacer obras como si fuese un Concello, el aspecto humano esta siendo obviado, ese el más importante, lo demás sin ínfulas del Señor de Barataria. Liñares es una persona honesta, trabajadora, el mejor alcalde de España, la FGF no es un equipo de Tercera División, es responsable máximo por omisión de todos los dislates que suceden en el CTGA y en la FGF, que son muchos, donde la mioñoca está por medio
En época de crisis, los clubes modestos de Galicia deben ser primados, no castigados con subidas desproporcionadas-Mutualidad, arbitraje, etc- para luego no ser atendidos, como corresponde, los jugadores que militan en ellos.
El fútbol debe profesionalizarse-propalaban los abnegados delegados de la FGF-es una de las tantas milongas que dicen los que se sirven del fútbol para vivir como dios. Los primos de siempre, los asambleistas de los clubes modestos, la mayoría son como avestruces, por intereses personales, no dan la cara en la Asamblea de la FGF, se limitan aprobar los presupuestos que la mayoría ni tan siquiera han leído. Públicamente para agradar al santo, censuran cuando asambleístas con un buen par, en la Asamblea quieren conocer el desglose de partidas de los presupuestos y en que se gasta el dinero del fútbol gallego. Silencio en la sala, los aduladores del  santo pasa lista. Los mas, cobardemente propalan los dislates de los dirigentes de la FGF, lo hacen con nocturnidad y alevosía, carecen de huevos en el escroto para decirlo cara a cara, no vaya ser que “perjudiquen” al equipo y pierdan el momio que llevan años dirigiendo
Joer si ha mejorado el futbol gallego. Los delegados, cobran mil euros por trabajar cuatro horas, excepto el de Vigo, su percepción ronda los 1.600 euros. El único delegado-Lugo- que no percibe ni un céntimo de euro, es Carlos Mouriz. Si que ha mejorado el fútbol gallego, se lesiona un jugador y los que cobran escurren el bulto.
Es uno de los cientos de despropósitos que navegan en las aguas procelosas del juego limpio, que los nuevos rectores propusieron en su programa electoral. Es necesario hacer una depuración de elementos que perjudican al fútbol gallego. No es suficiente con ser honesto, además el presidente debe parecerlo
Por cierto, los hombres se visten por los pies y dan la cara, no envían matones que hablan por boca de ganso, sin saber lo que dicen, son trasmisores de las falacias que le cuenta su comensal. Es obvio que tendrá acertada respuesta a su bravuconada de tabernario. Tengo miles de defectos, jamás me he vendido a nadie, ni tan siquiera mi alma al diablo. El presidente sabe de que hablo.