jueves, 12 de abril de 2012

El derrbi de la concordia y la racionalidad




Viajar a Vigo supone el reencuentro con viejos amigos de estudios, con algún que otro amor de juventud y sobre todo, en este caso, disfrutar de un partido que enfrenta a la crema y nata de futbol de mi país, Galicia. Llegan los dos mejores equipos de Segunda División a la segunda parte del derbi-la primera fue en Riazor-en un momento óptimo de juego, lo que alberga la esperanza en todos los gallegos, de uno u otro equipo, de poder disfrutar de un partido disputado, viril como es el fútbol, donde se verá mucho talento en ambos equipos sobre el césped de Balaídos. El derbi recupera la esencia gallega, los mejores dobles medios centros de la categoría lo forman Alex Bergantiños y Juan Domínguez por el Deportivo y Alex López y Borja Oubiña, por el Celta, los cuatro gallegos de pura cepa. Deportivo y Celta; Celta y Deportivo ofrecen fútbol de calidad, suscribo las palabras de Lassad: “Será un partido de Primera División”. Por calidad, y juego de ambos equipos, no ofrece duda alguna.

Somos muchos miles de aficionados de una y otra esquina de la autopista, los que no queremos ver hachas de guerra desenterradas, ni pinturas negras de indios manchando la cara, solo las de los colores de ambos equipos. Se juega un partido de fútbol, es el derbi, no se va a la guerra, aunque algún político trasnochado quiera convertirlo en la “guerra del golfo”, diciendo que los partidos del derbi le reportarán al Celta seis puntos. El Sr. Caballero-de apellido-mejor calladito, no serviría para futurólogo. La incontinencia verbal es una constante en los bípedos asnos políticos. Hablan y hablan, y solo les salen por su boca rebuznos o chorradas, que bien mirado, significan los mismo. Las poltronas son apetitosas y “gratificantes”. Aquel que toca moqueta de poder, se resiste a dejarla, por esa razón, rebuznan contra el “enemigo del Norte”, para encender y exacerbar pasiones deportivas, cuando los representantes del pueblo deberían se apaciguadores. Tiene guasa el iluso Caballero vigués, necesita mas sexo y menos verborrea, o quizás un poco de simpatía acompañada de unas gotas de coñac. Las pajas mentales que las deje para periodos electorales, hacerlas al albur del derbi, provoca excitación en las meninges, sufren mas de lo debido y alteran el comportamiento. Aunque nadie cree en los pajaritos preñados, ni en los salvadores políticos, fútbol y política hacen una aleación peligrosa, que puede explotar en las manos de quienes tratan de hacer de un partido de fútbol, un saco de votos, enfrentando a dos ciudades que están condenadas a entenderse

Los derbis hay que jugarlos, aunque el caballero de Vigo, su meiga particular le vaticinó el resultado, es de esperar que no sea la misma del primer derbi jugado en Riazor. Es una pena, el de copa y sombrero está siendo el verdugo de una ciudad acogedora, metiéndose en charcos que, nada bueno pueden reportar a la idiosincrasia del pueblo vigués. Que aprenda de su colega coruñés, Carlos Negreira, irá a Balaidos a disfrutar del derbi, aunque en su interior, como es lógico, querrá que gane el Deportivo, no es un botarate que enciende fuego con gasolina.

El domingo debe jugarse el derbi de la concordia, Vigo y A Coruña; A Coruña y Vigo están unidas por mucho mas que una autopista. Aunque han llovido muchas aguas y pasados algunos soles, debemos recobrar el espíritu de aquellos derbis en los que, media Coruña viajaba a Vigo en excursiones, desde todos los barrios de la ciudad, solo los cerillitas viajaban en coche particular.

Fluye a mi recuerdo una excursión organizada por el dueño de la barbería Chousa, de la calle de la Torre. Eran tiempos difíciles, a los clientes les permitía ir pagando en cómodos plazos el coste del viaje, nadie quería perderse el ambiente de Vigo, llego a llenar cuatro autobuses de parroquianos de la zona de Atochas, calle de la Torre y aledaños. En el primer autobús no faltaba la clásica torre de Hércules, viajaba en primera para que la vieran los ciudadanos olívicos, la luz del faro era norte y guía del pensamiento liberal coruñés. Recuerdo una pancarta en un balcón de la calle Príncipe que decía: “Bienvenidos cascarilleiros”, los excursionistas paramos frente a la fachada del edificio en cuestión y comenzamos a cantar: “Vivir na Coruña que bonito é”. Del balcón salió un obús que impacto en la cabeza de mi madre, era un “cartucho” lleno de cascarilla. La que se armó fue tremendo con todo tipo de improperios hacia dicho balcón. Una dama abrió el portal, dirigiéndose a mi madre, la invito a subir a su casa para cambiarse y paliar el estropicio que había causado su hijo, arrojando tremendo obús por la ventana. De aquel impacto nació entre nosotros una buena amistad, a olívicos y cascarilleros nos unió un derbi. Políticos trileros de las dos ciudades, coreados por ciertos medios de comunicación, crearon un ambiente artificial hostil, de unos contra otros, que debe erradicarse de inmediato.

Un partido dura noventa minutos, aunque sea un derbi. La amistad y el respeto dura toda la vida. Cada aficionado debe defender los colores a “muerte” durante el partido, una vez finalizado el mismo, sea cual sea el resultado, como una sola voz, que suene “A Rianxeira”, todos somos galegos

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