lunes, 12 de agosto de 2013

Un bisturí blanco y azul



Mi pluma estilográfica tiene el plumín tan afilado como el filo de un bisturí, para poder diseccionar los más íntimos recovecos del cerebro, de aquellos que solo critican al Deportivo y esperan la defenestración para decir y escribir que ellos ya lo sabían. Serán buenos aficionados o contadores de historias oníricas,  la sensación que dan es que desean convertirse cada uno de ellos en un tal Juan Simón.
Sin caer en el chauvinismo, el Real Club de La Coruña es el único referente deportivo de la ciudad. El día 31 de julio, toda la ciudadanía estuvo pendiente del posible descenso a Segunda B, no solo en A Coruña, toda Galicia escuchando  la radio para saber si descendía o no. El Deportivo es mucho más que un equipo, es el sentimiento incardinado en el alma de miles de personas. Si algún iluminado no lo contempla de esta manera, es mejor que se haga socio del Celta-con todo mi cariño y respeto al equipo olívico-A los individuos que critican sin criterio de manera continuada a mi Real Club les recomiendo que hablen con algún aficionado del Celta-de los de verdad- les comentaran la penuria que pasaron deambulando por los campos de Segunda División durante varios años.
El Real Club Deportivo de A Coruña tiene una masa social envidiable, comenzando por los incansables “rapaces” de los Riazor Blues hasta aquellos supervivientes que, llevados por  su amor al equipo arrastraron sus vergüenzas por  los campos de Segunda, Segunda B y Tercera División. Desgraciadamente muchos de aquellos aficionados no pudieron disfrutar del Campeonato de Liga, de las Copas del Rey, de las Supercopas. Algunos no llegaron a deleitarse  durante cinco años consecutivos con  los partidos de la Champions League- los mejores equipos del mundo jugando competiciones oficiales-sucumbiendo ante los gladiadores vestidos de blanco y azul. ¿Recuerdan la derrota humillante del Milán en Riazor? ¡Manda carallo!. O la vergüenza que le hizo pasar un corderito del Noroeste español al temible oso madrileño en el Cenenariazo. Las páginas del libro están escritas los últimos veinticinco años por gestas jamás pensadas. Ahora está pasando por un momento agónico, parecido al que pasaba, a punto de desaparecer, cuando Lendoiro fue llamado por un grupo de socios del Deportivo para asumir la presidencia. Haciendo bueno el refrán: “Que me quiten lo bailao”. Añado: “Que siga tocando la música”
Es momento de reflexión, debemos pensar en aquellos deportivistas,  representados en el espíritu de D. Francisco Roca, de Vilalba  que,  durante tantos años apoyaron al equipo y hoy contemplan los partidos desde la tribuna instalada en el Cielo. El espíritu de todos ellos está constantemente volando con alas de ángel sobre  el estadio de Riazor, son los mejores “xiareiros” que ha tenido el Real Club Deportivo. Los jóvenes deportivistas de hoy son herederos de aquellos aficionados de tiempos pretéritos, el Deportivo estaba por encima de cualquier consideración, ellos eran igual que hoy: Deportivo.
El Club más que Centenario  no puede estrellarse contra los conspiradores de la turbia conjura judeo-masónica-circense que tanto daño hace a la entidad en tiempos revueltos, ensalzando los conspiradores las miserias para obtener notoriedad. Algunos  pían demasiado y son incapaces de encontrar el nido.
El equipo tiene un buen entrenador, si no le entra la pájara como ciclista que es, el equipo dará tardes de alegrías a los deportivistas. Es obvio que este paso por Segunda División no va ser fácil, nadie regala nada y menos cuando hay  equipos confeccionados para ascender. El Deportivo no cuenta con ningún tipo de ayuda, incluso el Alcalde de la ciudad tardó seis meses en asomar tímidamente la cabeza,  apoyado por la Junta Directiva de la Federación de Peñas del Deportivo-más preocupada por apoyar al Alcalde, que por el futuro del Club-en decir que haría todo lo posible para que las partes se sentaran y solucionaran el problema del Concurso. Joer salió el comunicado de la reunión Alcalde-J D Federación de Peñas, el mismo dio que las partes estaban reunidas. Si falla en estos detalles Carlos Negreira, no quiero pensar en los barrios de la ciudad. El alcalde olvidó que el Real Club Deportivo de La Coruña es la empresa más importante  de  Marineda y lo más conocido de la ciudad a nivel mundial, después del faro más antiguo del mundo todavía en funcionamiento, la bimilenaria Torre de Hércules, escudo de A Coruña y ultimo adiós de Breogán. Mejor subvencionar las corridas de toros, al Deportivo le niega el pan y la sal.
Para miles de personas el Deportivo es un sentimiento, además de  un Club. Que no  se le olvide nadie, incluso quienes dicen ser  custodios del deportivismo. Las peñas, que nadie lo olvide, representan el sentir de unos pocos, el resto de miles de deportivistas son representantes del sentimiento personal por un club llamado Real Club Deportivo de La Coruña, el resto son milongas.

 

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