lunes, 2 de julio de 2012

¿Son los árbitros realmente jueces?




Llama mi atención cuando los árbitros de fútbol se engalanan con plumas de pavo real ajeno, al ser llamados jueces de la contienda. He ido al Espasa para sustanciar la diferencia que existe entre un juez y un árbitro. Este es el resultado. "Arbitro": es el que puede hacer alguna cosa por si solo y sin dependencia de nadie. "Juez": es el que tiene poder y autoridad para juzgar y sentenciar. Por curiosidad he ido a la letra M y he buscado lo que significa "Manipulador": el que manipula, el que maneja lso negocios o su modo , o se mezcla en los ajenos. Tengo claro el concepto de las tres acepciones. Los señores que en tiempos pretéritos para mas escarnio vestían de luto, están a medio camino entre el árbitro y el manipulador, nada tienen que ver con sus Señorías.
Establecidas estas premisas, los árbitros se consideran jueces, porque es lo que les embuten en el cerebelo los craneotecos que dirigen los destinos de los colegiados-acepción mas que acertada, pertenecen a un colegio, el arbitral-Según los sabios del poder-llevan apoltronados algunos dirigentes mas años que, el toro de Osborne en los montes españoles-el árbitro del encuentro deben juzgar y sentenciar sobre el terreno de juego, en juicios sumadísimos, como se hacia en tiempos del dictador, la acción punible, que a juicio del mismo debe ser sancionada, sin derecho a rechistar. Aunque no fusilen al jugador, le imponen en muchas ocasiones castigos desproporcionados que, nada tienen que ver con la infracción cometida. La disculpa banal la argumenta diciendo que es un Comité el que sanciona-llamado juez también-aunque el que redacta el acta es el inquisidor de turno, donde recoge lo que cree que sucedió, o lo que creyó ver o escuchar, sin audiencia para el jugador, que será sancionado siguiendo el criterio de un dictador. Los apóstoles del miedo, llamados “informadores arbitrales”-cobran sin hacer nada- manejan los tiempos de los árbitros, dependiendo de la sumisión al poder. Si eres leal, buena nota, si tienes fama de díscolo, adiós categoría.
En muchas ocasiones los colegiados adocenados al poder-afortunadamente no todos-son meros recaderos de los santones apoltronados en la silla sosegadora de posaderas, suelen ser los dirigentes del arbitraje buenos comedores y mejores bebedores, aunque claro, como en le FGF, las comidas, bebidas, luces de colores y otras cuestiones importantes, relacionadas desde el ombligo hasta los pies, las pagan de su bolsillo. Tengo la duda de si sus sastres les hacen los pantalones con bolsillo, son los llamados gurús de la equidad y la justicia, poseedores de la suprema sabiduría, señores del bien y del mal. Un solo pancho para muchas cañas con anzuelo en el CTGA
Es cierto que el arbitro tiene una difícil y complicada tarea, debe tomar decisiones en décimas de segundo, en muchas ocasiones sin tiempo para escuchar por el pinganillo las recomendaciones del asistente. Apreciamos su gesto altanero y desafiante, como recomiendan los gurús del Comité de Árbitros, en mas de mil ocasiones he tenido la certeza que era el ogro que iba a zamparse de un bocado, como la cabra montesina del cuento, al jugador. El arbitro se equivoca, lógico, es humano, no una maquina que lo observa todo desde diversos ángulos. Si lo hace fatal puede ir a la “nevera”, eufemismo cachondo, la única nevera conocida es la que está en el Comité de Árbitros, y no precisamente para meter al colegiado de turno, sirve para otros menesteres mas refrescantes. Depende del grado de sumisión, el bueno del “juez” puede ser sancionado o recompensado con una simple reprimenda, lo malo es que un club y su masa social pueden perder una categoría trabajosamente conseguida, o unos presupuestos se vayan por el inodoro abajo por una de las mal llamadas equivocaciones.
La premisa principal de los regeneradores actuales del arbitraje gallego, es lealtad a los que gobiernan, si lo hacen, algún ascensillo “ad hoc” puede caer. Conozco a muchos árbitros gallegos, personas honestas y cabales, su trabajo es vocacional, aman el fútbol, ser arbitro es un gusanillo que llevan en su interior, aunque discrepan de la forma de trabajar de los “viejos” conocidos, los mismos que pastaron antaño, codo con codo, con Pepín García Cabreros, cuando fue cesado, hicieron como Pedro con Jesús, negaron conocerlo pora mantenerse en el machito.
El presidente de la FGF, mas listo que los ojos de Antas, se dio cuenta que algo fallaba en ese colectivo. El derroche dinerario es como la fuente del avellano, es fresca pero nadie sabe donde está, fiscalizará los dineros de forma contundente. Será riguroso en las formas, si es necesario mandará para sus casas a los directivos que se desmadren, que tan poco favor le hacen al colectivo arbitral, que si siempre estuvo en entredicho, hoy está en la picota y con pleno conocimiento, desde luego
Hay mucha tela que corta. Poco a poco iremos desvelando actuaciones mas propias de un dictador, que de un tipo que prometió que regeneraria el arbitraje gallego. El pancho pica el anzuelo con miñoca valorada en dos mil euros mes, como mínimo, o pagando vacaciones con viajes a cuenta del CTGA, con la excusa de ir a ver a este u otro árbitro. Aunque es legal, no deja de ser una golfería, obviamente todo está debidamente acreditado

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