jueves, 19 de julio de 2012

Mañana, Viveiro y el domingo, Vilalba

Diez de la mañana de miércoles. En el cielo luce el sol de carallo. Los bañistas de las playas coruñesas buscan un lugar donde parcelar su toalla y tumbarse a coquetear con un tal Loremzo. No, para nada, no es un jugador que viaja a La Coruña al albur de la denominada “Operaciòn plátano”. Fluye a mi mente los versos de Quevedo: Érase un hombre a un plátano pegado….Es obvio que el cambio es sustancial, aunque en el fondo, solo varia el apéndice, superlativos son los dos, nariz y plátano.
Cerca del estadio de Riazor vuelan gaviotas grises y blancas. ¡Cachis! Una estrena mi reluciente blazer azul. Por el Paseo Marítimo se airean algunos “junones”. Escucho a uno de estos variopintos personajes decir a su acompañante: Oye tio, mira aquella que domingas tiene,se referia obviamente a una mujer sin la parte ed arriba del bikini-¿porqué domingas?, pueden ser lunes, jueves, sábado-dos julais perdidos. El “tío” miope, de un bolsillo del pantalón-este tío no pertenece a la FGF, a los federativos gallegos, el sastre les hace los pantalones sin bolsillo, por esa razón, las comidas las pagan dinero de plástico de su “bolisllo“, el del interior de la chaqueta-las gafas, para ver de cerca a la bañista. Son los espectadores de lo absurdo.
Sentados frente a la iglesia del colegio de Las Esclavas, cuatro jubilados hablan del Deportivo, entrenadores ellos de entelequias. El debate es intenso. Oltra si, Oltra no. Uno de los tertulianos, al verme me llamó. Me acerqué a saludarlos, estaban en plena efervescencia de la discusión. Fui saludando ceremoniosamente uno a uno, como hacen los políticos en tiempo electoral. Luis me preguntó: ¿Gonzalo, que opinas de Oltra?. Creo que la pregunta tenía mala leche. Respondí con sinceridad, lo que pienso hoy, mañana dependerá mi pensamiento de resultados y juego. Ascendió al equipo a Primera, hemos visto fútbol en Riazor, goles con jugadas combinativas, juego con criterio, etc. esa es su tarjeta de presentación en La Coruña. Al principio de temporada, no me convencía, los resultados no eran los esperados. Es obvio que estaba equivocado, hay que tener paciencia y saber esperar. Los conceptos Oltra son eficaces, a las pruebas me remito. El mister, como le llamáis vosotros, es un enamorado del balón, le gusta jugar fútbol, aunque Primera en nada se parece a Segunda División. Luis no estaba de acuerdo conmigo, es uno de los clásicos entrenadores de toda la vida, de boquilla. Eludí el cuerpo a cuerpo, no me interesaba entrar a debatir, sobre si Oltra es buen entrenador o no, tengo claro que el mister es buen profesional y muy trabajador. Luis es el clásico aficionado del no, como la mayoría de entendidos. Para cortar la conversación, las tripas pedían alimento, zanje la misma diciendo que, todos deseamos que el Deportivo, aunque no juegue a fútbol-creo que si, dependiendo de la calidad técnica de los nuevos fichajes-sea capaz de mantener la categoría. Una vez conseguido el objetivo, hay otras metas que pueden alcanzarse. No me dejaron continuar, Juan, sin pensárselo dos veces comentó: Los jugadores que está fichando Lendoiro son mediocres. Esboce una sonrisa. Educadamente, como suele ser habitual en mi, respondí: precipitarse en valoraciones no es de personas inteligentes, cometí con Oltra esa misma equivocación, valorarlo antes de verlo actuar. Los jugadores que vienen a reforzar al equipo tienen proyección, son jóvenes con ganas de triunfo, el adestrador no mira el carnet de identidad de los profesionales, el que no responda, a la grada, como si el que va se llama Juan Carlos Valerón. El pasado domingo Aranzubía en rueda de prensa dijo: los veteranos estamos para tirar del carro y espolear a los novatos. Tiene razón, ningún jugador veterano del Deportivo quiere descender, pasaron un trago amargo y eso imprime carácter para echarle huevos durante los partidos.
El cielo comienza a estar hirviendo. Dos “junones” chocan frente al Playa Club, se piden perdón esbozando sendas sonrisas cínicas, debían estar “junando” la misma escultura. Un tipo hercúleo luce su tostado cuerpo entre las bañistas, debe trabajar en una empresa de mensajería, luce un buen paquete, aunque por lo moreno de su cuerpo, el gachó debe currar de sol a sol. Continúo caminado hacia bodegas Dobao. Cerca de la cafetería Estadio, una joven toca la viola en la calle. Vuelan las notas de una composición de Beethoven, conocida como Eroica-sin h-en el sombrero apoyado en el suelo, deposito unos euros, la maestría de la intérprete, se lo merecía. Comienzan a pulular los pedigüeños, una niña triste y sucia, extiende su mano pidiendo una limosna. Se me abrió el alma, no entiendo como las autoridades permiten que sucedan estas cosas. Mejor enviar a la Policía a ejercer controles para salir en prensa, que ordenar patrullar por las playas para evitar, no solo robos, sino situaciones como la descrita anteriormente.
Llego a la bodega Dobao. El bueno de Roi, solícito dice que tiene pescadito frito para desayunar. No es un desayuno inglés, pero las parrochitas saben a gloria y de la ría. En la bodega se respira deportivismo. Un aficionado dice: el domingo voy a Vilalba, no me pierdo el partido del Depor. Pepiño, bebe de la taza un buen tinto Ribeiro, de los que manchan. Pincha conb el palillo un trozo de oreja y morro, antes de meterlo en la boca, responde: y yo iré con mi María, marcharemos por la mañana, comeremos allí, que por cierto, conozco un sitio que se come de carallo y barato.

Y yo no me pierdo el partido de mañana en Viveiro, claro que voy a trabajar e iré a comer a casa Cándida


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