De memoria hablan muchos tipos sin consultar el libro gordo de
Petete, o lo hacen de manera torticera, para lograr espurios intereses.
En el caso de las sociedades del Deportivo, conocer la situación real es
tan fácil como ir al Registro Mercantil, gastar la pasta y enterarse cuál
es el estado de las seis empresas participadas por el Club coruñés. No
dudo de la honradez de la Administración Concursal, ni de su capacidad de
gestión para llevar a buen puerto el Concurso del Real Club Deportivo de La
Coruña, aunque el Juez que lleva el Concurso, en más de una ocasión, en sus
autos les dio un tirón de orejas por no argumentar convenientemente la
necesidad para el Deportivo del dinero embargado. Es obvio que se están
devaluado las empresas participadas, sobre todo las que producen rendimiento
positivo. Sirva como ejemplo de devaluación, un banquete. Los padres de
unos niños tienen pensado celebrar la fiesta de la Primera Comunión
de sus hijos en el Playa Club, al enterarse que puede cesar la actividad, van a
las oficinas y piden la anulación del banquete. Es obvio que la Administración
Concursal, si entiende que debe deshacerse del Playa Club por no ser rentable,
lo normal sería potenciarlo para obtener mejor beneficio en el supuesto cambio
de concesión. La frialdad de los números está poniendo en jaque muchos puestos
de trabajo, algo inaudito en tiempos de crisis. La confusión es cada vez mayor,
dependiendo de intereses así se manifiestan las partes aunque “el libro gordo
de Petete” jamás miente.
El claro exponente de la confusión es el comunicado del Deportivo
donde contradice el apartado primero de los Razonamientos Jurídicos,
párrafo 3 del auto emitido por el Juez de lo Mercantil Nº 2, con fecha
11/06/2013: “Las filiales constituyen un peligro potencial para la
masa activa de la concursada. La restricción de pagos de la concursada a sus
filiales puede agravar su situación y repercutir en la propia concursada. Es
incluso probable que alguna de las filiales se encuentren en situación de
insolvencia -es muy significativo el hecho de que, según la administración
concursal, la información disponible en el Registro Mercantil muestra que el
último ejercicio de que se informa haber sido depositadas las cuentas anuales
es de 2010, excepto de una de ellas, que es de 2009”.
El comunicado del Deportivo emitido el
martes, en su apartado 3 dice: “Al parecer (ya dijimos que no
conocemos el escrito, porque no se nos ha facilitado) la motivación de esta
decisión estriba en que los administradores concursales no conocen la situación
patrimonial de las empresas filiales por cuanto estas no han depositado sus
cuentas en el Registro Mercantil desde el año 2010 y una de ellas, no sabemos
cuál, desde el año 2009. Y de esta falta de información provocada por la no
presentación de las cuentas se deduce que son "un peligro potencial".
Pues bien, tal afirmación es sencillamente falsa de toda falsedad; las cuentas
de las empresas participadas correspondientes al ejercicio 2011 están TODAS
presentadas en el Registro Mercantil y de las cuentas de 2012 los libros han
sido diligenciados en el Registro Mercantil, salvo en el caso de Ediciones
Deportivas Gallegas, aún cuando el plazo finaliza en el mes de julio de 2013”. La
confusión está servida, o se ha confundido la Administración Concursal en sus
escritos al Juez, o el Real Club Deportivo de A Coruña no ha entregado las
cuentas edn tiempo y forma en el Registro Mercantil. Si lo dicho por el
Deportivo fuese cierto, la A.C. podría estar incurriendo en un posible delito
de falsear documentación.
Un hecho significativo fue el cambio de
Administrador en julio de 2012, en la sociedades del Deportivo-Augusto Joaquín
Cesar Lendoiro no es el Administrador de las empresas, ni lo fue anteriormente
al cambio- Para ser efectivo dicho cambio, las empresas tienen que estar al día
en sus obligaciones formales, incluidas las del Registro Mercantil, de no ser
así, no admiten el cambio de titularidad de Administrador si hay cuestiones
pendientes por despachar. El lio está servido, no sé si se tomará en frio o
caliente, quien sale perjudicado con todo este maremágnum son los trabajadores
y el Deportivo, que puede entrar en disolución si los ánimos no se aplacan.
NOTA: La Administración Concursal del
Deportivo, en un comunicado quería justificar la chapuza, alegando cuestiones
que ni los lectores del TBO se lo creerían.
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